¿Qué diferencia hacen las uvas en el vino?
Las uvas maduras producen vinos dulces. En consecuencia, las uvas cultivadas en áreas más cálidas producen vinos relativamente más dulces, mientras que las uvas cultivadas en áreas más frías producen vinos secos.
Después de cosechar las uvas, se seca al sol para que se concentren los azúcares. Esto produce vino dulce, y se usa normalmente para producir vinos de postre.
¿Cómo se consigue esa dulce concentración en el vino?
La respuesta se encuentra en los distintos tipos de vinos dulces que se producen en España. Pudiendo ser vinos dulces naturales o vinos naturalmente dulces.
EN BODEGAS ANDALUCIA También podemos encontrar los vinos semidulces, vinos con menor concentración de azucar, muy agradables al paladar y que son perfectos para iniciarse en el mundo del vino, ya que son muy agradables de beber.
¿Los vinos con qué comida se acompañan?
Aperitivos: para este momento, lo adecuado es maridar quesos y encurtidos con vinos blancos, secos o tintos como el Pinot Noir y ligeros. También espumosos brut.
Mariscos: al tener una gran variedad de sabores, acompañan bien los vinos blancos en general. Desde los secos, un clásico Chardonnay, variedades dulces como el albariño o pasados por barrica.
Carnes rojas: lo mejor son las variedades de tintos potentes. Con estofados, van excelentes la garnacha o el cariñena. Para una parrillada, variedades de rioja o foráneos como el malbec, syrah o cabernet franc.
Para paella y arroces: para este tipo de menús, los vinos deben ser blancos ligeros y secos con aroma frutal como el sauvignon blanc. También armonizan con variedades de tintos ligeros como el pinot noir.
Carnes blancas y aves: dependiendo del tipo de preparación, salsas y guarnición, será diferente el vino adecuado. Para carnes de pollo o pavo sin salsas, van perfectos vinos blancos secos no ácidos, como el xarelo o la parellada. Para un plato con guarniciones más fuertes, vino joven pero potente.
Pescados: los pescados blancos armonizan con vinos blancos secos ácidos como el verdejo o el txakolí. Para pescados más grasos como el salmón, van bien los tintos jóvenes.
Ensaladas: vinos blancos secos frutales o rosados o un espumante fresco. Nunca los dulces.
Postres: cargados de chocolate, un tinto potente como un toro o tierra de barros. Para postres frutales, un moscatel, pasando por un riesling alemán.
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