Vinos de Jerez: Un vino con sabor a España

Entre la nobleza de sus tierras los vinos de Jerez se llenan de aires atlánticos en la bahía de Cádiz, desprendiendo unos diez tipos de vinos como si de vástagos se tratasen.

Podríamos decir que de sus tierras nacen cinco tesoros de los vinos generosos: fino, manzanilla, amontillado, palo cortado y oloroso.

Sin duda las tierras son algo que en particular hace de los vinos de Jerez únicos, pues en realidad no hay un lugar en el mundo que se le asemeje, y afirmo esto con toda la responsabilidad que conlleva pues ha sido apreciado en la alta cocina y por lo mejores gastrónomos del mundo.

Cada botella de vino de Jerez contiene en su interior más que un vino, pues cada gota en el cuentas una tradición milenaria que pertenece a la denominación de origen más antigua de España, siendo no solo un icono de grandeza sino un emblema de nuestra cultura enfrascado con un sabor que dice a gritos España.

Pero ¿Qué hace a los vinos de Jerez tan especiales?

Básicamente beber vinos de Jerez obliga al consumidor a degustar algo que va más allá de lo que acostumbran a probar sus papilas gustativas abriendo no solo sus sentidos, sino además exponiéndolos a una experiencia completamente única. Saliendo por completo del universo que todos conocemos, ese que se pasea entre los blancos y los  tintos.

Sacándonos de esa zona conocida donde existen ciertas variedades de uvas como el verdejo, la albariño o la tempranillo, para ponernos cara a cara con algo único en el planeta:

El Palomino Fino, del que surgen cinco vinos generosos por excelencia de Jerez que nos enfrentan a algo fuera de nuestra zona de confort.

Creo que allí reside la grandeza de los vinos de Jerez, pues te sacan por completo de esa zona a la que muchos amantes del vino se adaptan, y es que aun cuando la persona sea un consumidor esporádico o un catador habitual o experto esto siempre resultará algo novedoso pues ponen sobre la mesa diversas elaboraciones de vino que no se consiguen en ninguna otra parte del mundo.

Ese equilibrio entre la ciencia, la geografía y la naturaleza…

El primer factor que sin duda hace de estos vinos tan especiales se encuentra en las tierras en las cuales se elaboran pues es una zona con pocas precipitaciones, muchísima ventosidad y también con un suelo particular, la albariza juega un papel extraordinario y es que esta tierra de color blanquillo, se compacta en forma de pedruscos que permiten que el agua generada por las cortas pero intensas lluvias de la región se quede en el subsuelo,  unos cuantos metros de profundidad durante la mayor parte del año, mejorando así la crianza de las uvas palomino, pedro ximénez y moscatel.

Por otra parte cuando hablamos de la forma en la que se elaboran los vinos de Jerez, hablamos también de una forma distinta a lo habitual, ese juego entre la naturaleza y la ciencia es lo que ayuda a generar su sabor tan característico.

Si en alguna oportunidad visitaste alguna bodega de vinos no jerezana, veréis que sus bodegas subterráneas poseen  temperaturas y humedades constantes y controladas durante todo el año, para evitar que los cambios climáticos generen un proceso natural que cambie el sabor del vino.

Contrario a ello en el  marco de Jerez pasa algo completamente distinto, las barricas son puestas al nivel del suelo de la propia bodega, bodegas realizadas con techos altísimos para permitir la oxigenación, además  son sometidas a los cambios de temperatura y humedad de las diferentes estaciones, y a los vientos locales, aprovechando así no solo la geografía sino también el clima.

Es entonces cuando esta interacción permite que se desarrolle aquello que llamamos “Velo de flor” de manera progresiva,  estas levaduras cubrirán toda la superficie del vino formando una especie de velo.

Puede que os preguntéis ¿Por qué se llama Velo de Flor? Como verás este velo recibe en la región el nombre de flor por sus levaduras, ya que estas florecen en primavera y otoño, fortaleciendo el velo, mientras que se reducen en verano e invierno, como si de una flor se tratase.

Este velo está compuesto por una serie de levaduras autóctonas, propias del ecosistema del Marco de Jerez, que se han especializado en crecer bajo estas condiciones particulares y cuyas funciones básicamente son: aislar el vino del oxígeno contenido en el barril, impidiendo su envejecimiento oxidativo y la aportación de micronutrientes y características organolépticas al mismo.

vinos de jerez

Dicen que el pasado es algo olvidado

Y puede que tengan razón en otras situaciones, pero esto realmente no aplica a los vinos de Jerez, pues con cada sorbo de una copa, no solo degustas todo un proceso ancestral, sino una historia que durante milenios han hecho de estos vinos un emblema para los españoles.

Es probable que si te enfrentas por primera vez a uno de estos vinos, su sabor no te cautive de inmediato, pues es algo que va más allá de lo conocido, algo que va más allá de nuestra zona de confort, pero sin duda podría afirmar que podrás hallar ese vino de Jerez que os enganche, pues en el mundo de estos vinos, siempre hay uno para todos los gustos.

Mente abierta, es todo lo que requieres para degustar los vinos de Jerez, abrir tus sentidos y tus gustos a una nueva experiencia que sin duda hará danzar a vuestro paladar.

Esto y desde luego, existen dos puntos importantísimos, no solo para el Jerez sino para cualquier vino en general, la temperatura y en la forma de tomarlo, un aspecto realmente significativo (aunque algunos consumidores lo pasen por alto) radica en el tipo de copa que utilizamos.

Podría decir que en el equilibrio radica la perfección pues las virtudes de un jerez se pueden multiplicar o disminuir dependiendo de cómo lo tomemos, y es que incluso no tomamos en cuenta su temperatura ideal y lo servimos muy frío, perderemos parte del olfato que complementa su delicioso sabor.

Es por ello que su temperatura ideal colinda entre los 7 y los 12 grados dependiendo siempre del vino y de la estación, por ejemplo: para los amontillados es ideal servirlo entre los 8 y 12 grados, aunque si estamos en invierno, deberíamos beberlo como si fuese un tinto joven, sin embargo para los finos y manzanillas entre unos siete u ocho grados, siempre dependiendo de la estación, pues si por el contrario hace calor debemos considerar que copa se calentara al menos unos dos grados mientras lo bebes.

Puede que preguntes en que ocasiones puedes beber estos vinos o que comidas pueden ser acompañadas con ellos, lo fabuloso de estos vinos es sin duda que su denominación de Origen engloba hasta diez variedades de vinos de Jerez, con lo que hay uno al menos para cada paladar.

El carácter de estos vinos nos traslada al aperitivo, siendo ideal con unos langostinos o unos deliciosos camarones, multifacéticos y versátiles, sin duda son estos sus mayores atributos.

En Bodegas de Andalucía queremos ofrecerte una amplia variedad del mejor vino de Jerez, vinos únicos con un sabor genuino que te darán un sorbo de identidad, una alabanza a nuestras tierras, una bebida con sello 100% español.

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