Sólo en la campiña cordobesa se alcanzan las elevadas horas de sol necesarias, junto con la ausencia de humedad, para poder pasificar correctamente los racimos de la uva Pedro Ximénez, por eso este vino es patrimonio cordobés casi en exclusiva.
Uvas de variedad 100% Pedro Ximénez seleccionadas se solean entre 8 y 16 días, una vez alcanzado su nivel óptimo se molturan. Este vino se somete a crianza mediante el proceso de criaderas y soleras, en botas de roble americano. Solera con más de 30 años, es la joya de estos vinos.
Vino color azabache, muy oscuro y denso en su movimiento en copa, dejando un color “betadine” muy marcado y permanente. Tiene una intensidad aromática media alta, pero además, en tanto tiempo de crianza, la evolución es muy importante ya que intensifica la complejidad del aroma, incorporando más toques torrefactos, tostados, café, chocolate, y más de fondo quedan los aromas varietales de pasas, dátiles,…
En boca es muy denso, un vino para masticarlo pero que no resulta pastoso ya que la acidez concentrada en su vejez y los polifenoles aportados inicialmente con raspón y posteriormente de la madera, redondean y equilibran maravillosamente. Persistente recuerdo a higos, pasas, madera, toques balsámicos como regaliz, …muy largo.
Si os queda un poquito de roscón de reyes ya sabéis con que maridarlo, aunque os lo recomiendo con quesos de hoja, roquefort, …un magnifico maridaje de contrastes.
La marca se debe a la avenida donde está localizada la bodega, una empresa familiar que desde 1950 decidió elaborar vinos, especializándose estratégicamente en el PX, lo que le ha dado un sitio importante como productor, para mí, toda una sorpresa cuando los conocí.
- Provincia
- Córdoba
- Producto
- Pedro Ximénez
- Variedad
- Pedro Ximénez
- Denominación de Origen
- DO Montilla Moriles
- Volumen
- 0.5
- Guía Peñín
- 92
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