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¿A quién no le gustan los vinos dulces? Esos vinos tan versátiles y deliciosos que puedes disfrutar en cualquier ocasión ya sea para acompañar algún plato de comida o por el simple gusto de deleitarse con ese sabor tan especial. Es por ello que si eres un amante de los vinos dulces el día de hoy te traemos un post sobre las características de este tipo de vino y las diferentes variedades que existen, además de algunas recomendaciones para combinar con tus comidas favoritas.
Características de los vinos dulces
Los vinos dulces se elaboran a partir de uvas que se cosechan en una etapa de madurez avanzada. Esto significa que las uvas tienen una mayor concentración de azúcares naturales, lo que a su vez resulta en un vino más dulce. A diferencia de los vinos secos, los vinos dulces no se fermentan completamente, dejando parte del azúcar residual en el vino.
Por otro lado, los vinos dulces se pueden elaborar con diferentes variedades de uva, tanto blancas como tintas. Algunas de las más utilizadas son la Moscatel, la Garnacha, la Malvasía o la Monastrell. Cada una de ellas aporta sus propios aromas y matices al vino, que pueden ir desde las notas florales y frutales hasta las especiadas y tostadas.
Aromas: Los vinos dulces pueden tener una amplia variedad de aromas y sabores, dependiendo del tipo de uva utilizada para hacer el vino y del método de producción. Algunos vinos dulces pueden tener aromas florales, como la miel, el jazmín o la lavanda, mientras que otros pueden tener aromas afrutados, como la ciruela, la cereza o la uva.
Sabores: En cuanto al sabor, los vinos dulces pueden ser muy complejos y pueden tener notas de miel, caramelo, frutas maduras o incluso especias.
Color: El color de los vinos dulces puede variar desde un amarillo pálido hasta un marrón dorado, dependiendo del tipo de uva utilizada y del proceso de producción. Los vinos dulces más jóvenes pueden tener un color más claro y brillante, mientras que los vinos más viejos pueden ser más oscuros y tener tonos dorados o marrones.
Tipos de vinos dulces:
Hay muchos tipos diferentes de vinos dulces, cada uno con sus propias características únicas. A continuación se presentan algunos de los tipos más comunes de vinos dulces:
Vino de postre: Este es el tipo más común de vino dulce y se sirve típicamente después de una comida. Estos vinos suelen tener una textura más densa y un sabor más dulce que los vinos normales.
Vino fortificado: Los vinos fortificados son vinos a los que se les ha añadido alcohol para detener la fermentación y aumentar su dulzura. El tipo más común de vino fortificado es el jerez.
Vino de hielo: El vino de hielo se hace con uvas que se han dejado en la vid hasta que se congelan. Esto concentra el azúcar y produce un vino dulce y rico.
Vino de uvas pasas: El vino de uvas pasas se hace con uvas que se han secado al sol para concentrar el azúcar. Este proceso produce un vino muy dulce y complejo.
Vino de moscatel: El vino de moscatel se hace con uvas moscatel y tiene un sabor dulce y afrutado.
De igual manera según el método utilizado, podemos clasificar los vinos dulces en:
Los vinos dulces naturales: son aquellos que se endulzan artificialmente mediante la adición de mosto concentrado, vino dulce o alcohol. Algunos ejemplos de este tipo de vinos son los cream, los maestros o las mistelas. Estos vinos suelen tener una graduación alcohólica entre 15 y 22 grados y se caracterizan por su sabor intenso y persistente.
Los vinos naturalmente dulces: son aquellos que obtienen su dulzor de forma natural, sin añadir ningún elemento externo. Esto se puede lograr mediante diferentes técnicas que buscan concentrar el azúcar de la uva, como la vendimia tardía, la pacificación, la congelación o la podredumbre noble. Algunos ejemplos de este tipo de vinos son los icewine, los late harvest, el Pedro Ximénez o los Sauternes. Estos vinos suelen tener una graduación alcohólica entre 10 y 15 grados y se caracterizan por su sabor fresco y equilibrado.
Los vinos semidulces: son aquellos que tienen una concentración de azúcar residual entre 12 y 45 gramos por litro. Pueden obtenerse por los mismos métodos que los vinos dulces naturales o naturalmente dulces, pero con una fermentación más completa o una menor concentración de azúcar en las uvas. También pueden obtenerse por la adición de mosto concentrado o rectificado al vino seco. Algunos ejemplos de este tipo de vinos son el Oporto, el Jerez o el Lambrusco.
¿Con qué platos puedes acompañar los vinos dulces?
Los vinos dulces se pueden maridar con diferentes tipos de alimentos, dependiendo de su estilo y personalidad. Por lo general, se recomienda combinarlos con postres que no sean demasiado dulces ni empalagosos, como tartas de frutas, quesos cremosos o chocolate negro.
Así mismo los vinos dulces se pueden servir con foie gras, patés o quesos azules, creando un contraste interesante entre lo dulce y lo salado. También pueden ser un buen complemento para platos picantes, como el curry o el pad thai, ya que el dulzor del vino puede ayudar a equilibrar el sabor picante del plato.
¿Cómo se sirve el vino dulce?
La temperatura a la que se sirve un vino dulce es importante para resaltar su sabor y aroma. De allí que, estos tipos de vinos se deben servir a una temperatura ligeramente más fría que los vinos secos para equilibrar su dulzor y evitar que el alcohol domine el sabor. La temperatura ideal para servir un vino dulce varía según el tipo de vino, pero generalmente se encuentra entre los 8°C y los 12°C.
En fin, los vinos dulces son una expresión de la riqueza y la diversidad del mundo vitivinícola. Son vinos que requieren de un cuidado especial y una elaboración artesanal para conseguir el equilibrio perfecto entre el azúcar y el alcohol. Es por ello que en Bodegas de Andalucía te invitamos a ver nuestra sección en vinos dulces para que disfrutes con cada sorbo sus secretos y encantos.
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